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ESTUDIO SOBRE LA REFORMA DE LA PAC A PARTIR DE 2014.


Luis Miguel Álvarez Morales.
Veterinario.Miembro del comité científico asesor de FEDERAPES

El presente trabajo tiene como objetivo ofrecer un resumen de los principales documentos que se han emitido desde distintas instituciones de la Unión Europea a lo largo del proceso de reforma de la PAC, sobre la que se ha alcanzado un acuerdo definitivo entre las instituciones comunitarias implicadas el pasado 24 de septiembre.
De esta manera, se pretende aportar un documento que permite analizar la evolución del proceso, desde las primeras justificaciones para acometer una reforma, hasta el acuerdo político finalmente adoptado.
Este trabajo únicamente analiza la reforma a nivel comunitario, sin analizar el modelo de aplicación de dicha reforma a nivel del estado español. De hecho, a la fecha de redacción de este informe, todavía se sigue debatiendo en España sobre esta cuestión, si bien existe un acuerdo adoptado en la Conferencia Sectorial de Julio que marca las líneas básicas que configurarán la aplicación de la reforma en España, dentro de los amplios márgenes que concede el acuerdo a nivel europeo.
El documento se divide en dos apartados. En primer lugar se analiza el proceso de acuerdo para la adopción del Marco Financiero Plurianual (MFP) 2014-2020, para en segundo lugar realizar la revisión de la reforma de la PAC.
Para ver la totalidad del documento, pulse en la cabecera.

Retinta... La vaca que pasea por la playa.Visto en METROPOLI.El MUNDO.

Por regla general y hace unos años, a la carne se la llamaba carne, sin más... eso sí, de cerdo o de ternera: filete de cerdo, falda de ternera, solomillo, lomo, gancillo, que es como le llaman en ciertas partes de Andalucía al solomillo, (no sé si con ese o con ce, porque nunca he visto esta expresión escrita), carrillera, morro, manitas...
Pero los tiempos están cambiando también para las vacas y ahora tienen que disponer de muchos nombres y apellidos, que para eso son animales nobles e, incluso, sagrados. Ya no vale decir sólo carne de ternera, hay que hablar de la raza, de la trazabilidad, de la procedencia, de lo que ha comido la vaca y de la madre que la parió. Y está bien que así sea. Porque si somos lo que comemos, como dice ahora todo el mundo con mayor o menor criterio (dicho sea de paso), mejor que tengamos pedigree en nuestras propias carnes y conozcamos lo mejor posible al objeto de nuestra comida y a toda su familia.


CACHEBURGUESA

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RECETA DE HABURGUESA DE CACHENADESANBREIXO

Pulsa en la imagen


JORDI Y SUS VACAS CACHENAS

DIARIO DEL GOURMET DE PROVINCIAS Y DEL PERRO GASTRÓNOMO


Hace más o menos un año conocí a Jordi Ánguez, que me habló de sus productos y de su forma de entender el trabajo con animales. Tiene una pequeña explotación ganadera en la montaña oriental de Lugo, donde cría vacas de raza cachena (una raza autóctona gallega) cuya carne vende luego a través de su página web. Por unos motivos o por otros pasaron varios meses antes de que pudiera acercarme, pero finalmente fuimos hasta Triacastela hace unos días para ponerle cara por fin tanto a Jordi como a sus vacas. 



Y lo que encontramos se parece bastante a lo que uno quiere imaginar que debería ser una explotación como ésta. Jordi es barcelonés, pero su padre (y los de su mujer) son de Triacastela (Lugo). Hace unos años decidieron instalarse en San Breixo, una aldea colgada en una de las laderas del valle de Triacastela, restaurar una antigua casa familiar que ahora es una de las dos que están habitadas en el pueblo, y poner en marcha una explotación. 

Ahora mismo trabaja allí Jordi, con la ayuda ocasional de su padre y de vez en cuando algún temporero, cuidando las poco más de cuarenta vacas y el terreno. En un rincón hay unas gallinas de raza de Mos y algunas verduras, que se crían sin fines comerciales,  y, sobre todo, mucho campo, castaños, espacio para que las cachenas se muevan a su antojo. 



Las hemos visto comer, moverse libremente, hemos visto a las crías y nos han hablado sin tapujos del engorde (hemos visto a las reses seleccionadas),  transporte al matadero, del sacrificio y del despiece. Y todo me gusta. Todo me parece claro, sencillo, sin más intermediarios de los precisos, de una escala óptima para poder seguir siendo calificado como "explotación familiar". 




Probamos un par de cortes de ternera, entre ellos la picanha, un corte brasileño con el que Jordi está experimentando ahora. Y, como la vez anterior, nos encontramos una carne con fibra, con mucha más presencia en boca que la criada de manera intensiva. Son animales que viven básicamente libres y eso se nota. El sabor, sorprendentemente, no es más potente. Sabe más, tiene las características más pronunciadas, pero no es más fuerte ni mucho más intenso. Incluso la grasa tiene un sabor diferente, agradable. 




Me gustó compartir comida con Jordi y su familia, con sus padres, hosteleros en Cataluña durante décadas y ahora retirados en San Breixo, con su mujer y sus hijos, con su perra Kenia, que no se nos despegó en ningún momento. Pero me gustó, sobre todo, perseguir a las vacas por los prados, por entre los castaños, por el bosque de abedules. Me gustó ver en qué lugar viven, de qué se alimentan y me fascinó especialmente conocer su carácter. Soy de una zona lechera, de vacas frisonas, tranquilas, de expresión bobalicona. Así que encontrarme con estas cachenas que no paran de moverse, que corretean, que arrancan castañas de las ramas y se acercan curiosas (su expresión inteligente se ve bien en varias de las imágenes)  fue toda una sorpresa y una de las experiencias más interesantes de los últimos meses. 



Tuvimos en brazos a Número 10, una de las últimas terneras nacidad en la explotación, acariciamos al toro y a la veterana de la finca, que ya ha cumplido los 14. Hablamos de los problemas con los lobos y los que provocan los cazadores, de cómo está el mercado y de la deseable (aunque no siempre existense) claridad de cara al consumidor. Y lo cierto es que salgo de allí reafirmado en mi carnivorismo. Si las explotaciones convencionales tienden a provocarme ciertos conflictos éticos, lo cierto es que, salvo porque al final son sacrificadas, ver cómo viven estas vacas, cómo se relacionan con su cuidador y cómo curiosean me reconcilia con el animal carnívoro que llevo dentro. El ser humano es consumidor de carne por naturaleza (dejo a un lado la opción -intelectual- libremente asumida del vegetarianismo), lo que le plantea el dilema de la producción cárnica de una manera ética y respetuosa tanto con el medio ambiente como con el animal. En San Breixo tuve la sensación de que ese encuentro es posible. 




Producir carne de buena calidad a un precio razonable (más alto que la de supermercado, pero razonable teniendo en cuenta cómo se crían los animales, su raza, su alimentación, gastos de envío, etc.), hacerlo de una manera sostenible, colaborando en la supervivencia del tejido económico de zonas rurales es algo que merece todo el respeto. La carne que produce Jordi ya me había ganado en su momento, ahora, visitando la explotación y conociéndolos a ellos, me ha convencido definitivamente. Aunque creo que, por mucho que yo comente, las imágenes en este caso son mucho más expresivas. 

 

 

'Sin pastor no hay rebaño'

Desde los 15 años he salido todos los días con el rebaño". Lo dice Javier Lahuerta, pastor de 31 años que desde niño sintió devoción por las ovejas. Este corto documental muestra su vida en Vera del Moncayo (Zaragoza), lejos de atascos, oficinas o calles comerciales, pero no de la menguante economía actual: "Si no apoyan a la gente joven tendremos que abandonar", revela este superviviente


Un prestigioso cardiólogo británico desmitifica los riesgos asociados al consumo de mantequilla o carnes rojas.


BMJ 2013; 347 doi: http://dx.doi.org/10.1136/bmj.f6340 (Publicado el 22 de octubre de 2013)
BMJ 2013; 347: f6340
Aseem Malhotra, interventional cardiology specialist registrar, Croydon University Hospital, London aseem_malhotra@hotmail.com

Enlace estudio: http://www.bmj.com/content/347/bmj.f6340

ANA MELLADO / LONDRES  


Durante años, las grasas saturadas de productos como la mantequilla, la leche o la carne roja han sido estigmatizadas como responsables de las principales enfermedades cardiovasculares. Su consumo siempre se ha visto con malos ojos por parte de doctores y nutricionistas que han detallado hasta la saciedad los peligros que entraña tomarse un buen chuletón. Sin embargo, la pésima reputación de las grasas podría desaparecer ya que según un estudio publicado por la prestigiosa revista británica «British Medical Journal», su consumo no resulta perjudicial para la salud, como hasta ahora se ha asumido.

El cardiólogo británico, Aseem Malhotra, uno de los más prestigiosos en Reino Unido, afirma que la ingesta de productos bajos en grasa incrementa paradójicamente el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.

La actual obsesión de la población por los productos desnatados o light, «aterrada» por ese miedo a la grasa, acaba siendo más perjudicial, ya que estos alimentos disfrazados de saludables presentan un alto contenido en azúcares añadidos, según expone el doctor del hospital de Cardiff. Ante la guerra declarada, la industria alimentaria ha tendido a sustituir las grasas eliminadas en los alimentos por edulcorantes y azúcares para compensar la falta de sabor.

La evidencia científica actual demuestra que el azúcar es un posible factor de riesgo independiente para desarrollar síndrome metabólico, según el cardiólogo. De hecho, se sabe que hoy en día, el 75% de las personas que llegan al hospital con un infarto tienen «concentraciones de colesterol totalmente normales».

Por supuesto, conviene diferenciar entre las denominadas «grasas trans» (las que se hallan en la comida rápida, pastelería y margarina), que son perjudiciales, y las grasas de la leche, el queso y la carne, que no representan ningún riesgo para la salud, según se desprende de esta investigación. Los productos lácteos además de contener vitamina D, cuya falta se ha relacionado con un aumento de las enfermedades del corazón, cuentan con calcio y fósforo, que pueden tener efectos reductores de la presión arterial. Tomar carne procesada se ha vinculado a menudo con mayores tasas de enfermedades del corazón y diabetes, pero en ningún caso, la carne roja.

El empeño en subsanar los niveles de colesterol viene a confirmar eso de que el remedio es peor que la enfermedad. Los doctores han prescrito de forma excesiva medicamentos con «estatinas» para reducir la cantidad de grasas en la sangre, sin tener en cuenta que los efectos secundarios de este «antídoto» son mayores que los beneficios, apunta el doctor.

Como ya han advertido otros expertos, Malhotra aboga por una alimentación sana en lugar de recurrir a los preparados químicos. «Adoptar una dieta mediterránea tras un ataque al corazón es casi tres veces más efectivo que tomar una estatina para reducir la mortalidad», concluye.
FEDERAPES