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¿Quiere usted carne de vacuno?

PARTO de la base de la presunción de inocencia de Alberto Contador. Tiene todas mis simpatías, sus argumentaciones (lo que yo conozco de ellas) son razonables, y la prohibición absoluta de la presencia un compuesto químico en la sangre o en los tejidos de una persona ofrece serias dificultades, ya que a partir de unas concentraciones infinitesimales pierde su sentido.
Por tanto, no discuto sus esfuerzos de todo tipo para defender sus argumentaciones. Tampoco puedo discutir la presión mediática y la libre opinión de las personas. Creo que todo ello es sano en una sociedad democrática.
Lo que sí discuto es, una vez más, el triste papel de nuestros queridos políticos y de algunos destacados miembros de la carrera judicial. La obligación del presidente del Gobierno es garantizar el correcto funcionamiento de la Justicia (deportiva en este caso). Conseguir que jueces y fiscales dispongan de todas las facilidades para trabajar, estén liberados en la medida de lo posible de presiones externas y puedan ejercer su labor con imparcialidad. En una palabra, debe cuidar del correcto funcionamiento de los mecanismos constitucionales de resolución de problemas, creer en ellos y defenderlos.

Resulta increíble que alguien con responsabilidad pueda saltarse ese paso y, sin conocer a fondo el problema, pueda decantarse por una posición. ¿En qué lugar queda la independencia de la Justicia?

Pero el problema no termina ahí. Además, el presidente del Gobierno debe velar porque la ganadería española cumpla en todo momento la legalidad, debe establecer mecanismos de control, garantizar que produzca alimentos sanos, y colaborar en mejorar su imagen social en España y en el resto del mundo. El sector ganadero español, y en general la industria agroalimentaria, ocupan un papel esencial en la economía española, dando trabajo a miles de personas. Más allá de la importancia económica, la ganadería española es esencial en el desarrollo rural, en la gastronomía (y por tanto en el turismo), en la conservación de las razas y de los ecosistemas naturales.
El futuro de la ganadería se basa en buena medida en la imagen de calidad de sus productos, porque debe competir en un mercado internacional con costes de producción muy inferiores.

Tenemos una situación estratégica en Europa que nos puede permitir competir en buenas condiciones si ofertamos productos de calidad diferenciada. Como cualquier mercado desarrollado, el consumidor europeo es muy exigente en todo lo relacionado con calidad y garantía sanitaria. Después de muchos años de sospecha y estigmatización de la carne por el uso fraudulento de sustancias, llevamos unos años en los que la imagen de calidad va mejorando. En los últimos 20 años se han desarrollado planes de control, como es el Plan Nacional de Investigación de Residuos, que realiza muestreos periódicos y controla la seguridad de la carne en todo el Estado. Además, un buen número de cadenas de distribución realizan controles propios para garantizar la ausencia de residuos. Todo ello ha propiciado una disminución drástica de la utilización de estos compuestos. Actualmente se considera un problema de muy baja incidencia, pudiéndose asegurar que la carne goza de todas las garantías sanitarias. ¿No debería el presidente del Gobierno apoyar a este sector económico?
Parece increíble que se pueda asumir sin ningún tipo de complejo ante la opinión pública en un tema de trascendencia mediática mundial que la carne de este país tiene residuos prohibidos y no tomar ninguna medida al respecto. ¿No deberían los políticos velar por garantizar el correcto funcionamiento del Plan Nacional de Investigación de Residuos?, ¿no sería más lógico que se mostraran sorprendidos por el hecho de que pueda haber una res con residuos, investigar si se trata de un tema puntual y garantizar que se investigue a fondo la situación general?
Injustamente, la carne de vacuno vuelve a ser mirada con ojos de desconfianza por el mercado internacional. Costará mucho recuperarlo.

Clemente López Bote.
Catedrático de Alimentación Animal. Facultad de Veterinaria.
Universidad Complutense de Madrid



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